¿Anestesiamos a los niños?

Estaba mirando Instagram, que por cierto me alucina lo rápido que engancha, y había un vídeo que hablaba de la anestesia emocional en niños. Era una mujer diciendo que consideraba que en la actualidad se anestesiaba a los niños emocionalmente, que los padres no dejamos que nuestros hijos sufran, les alejamos de las emociones negativas y no les permitimos sentirlas. Estaba dando vueltas a esta reflexión y pensando, ¿somos así? Obviamente, ningún padre quiere que su hijo sufra. Entiendo que se refería a ese exceso de sobreprotección, a los llamados «padres helicópteros». Os explico un poco como funciona la crianza en este tipo de padres: son padres con miedo por todo, por ejemplo, sus hijos no pueden subir en determinados columpios pero no por una razón objetiva que sería lo normal, si no que es su miedo el que habla diciendo que no se suban ahí; tienen miedo a que salgan con sus amigos y necesitan llamarles 15 veces en una hora para comprobar donde están; son padres que dan muy baja autonomía a sus hijos, decidiendo por ellos incluso en ocasiones la ropa que se ponen cuando ya no tienen edad para consultar a sus padres estos temas; manipulan mediante el chantaje emocional revistiendo todo de una preocupación excesiva y de amor incondicional; les dicen cómo sentirse incluso… La característica principal es que la autonomía es bajísima y la protección es altísima. ¿Qué consecuencias tiene esto? La consecuencia es un estilo de apego ambivalente ansioso en el niño que no se atreve a decidir y tiene instaurado un miedo súper profundo a que le abandonen, se autopercibe incapaz de funcionar solo. ¿Qué conductas apreciamos en este tipo de niños cuando son adultos? Son personas que intentan complacer a los demás, no saben decir que no, delegan las decisiones en los demás, tienen un profundo miedo al abandono y por ende, a la soledad, no son capaces de decidir, se sienten incapaces de ser autónomos emocional o funcionalmente.

No es fácil desligarnos de nuestras heridas del pasado. Un padre o madre sobreprotector no lo es de forma consciente y voluntaria, o eso quiero pensar, pero hay que intentarlo. Hay que trabajar como padres en nosotros mismos para poder ayudar y criar a nuestros hijos como ellos se merecen.

Aceptemos como padres que nuestros hijos sufrirán y llorarán pero que la gestión que hagan de esas situaciones, la serenidad que consigan alcanzar tras una situación adversa, es lo que marcará su futuro. Me parece que todo está relacionado pues considero que los padres de esta nueva generación debemos intentar acompañar a nuestros hijos, como decía la mujer del vídeo, en su gestión emocional hasta que sus alas sean tan grandes y fuertes que puedan volar por sí solos y, entonces, dejar que vuelen libres y sin cargas.

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