Consciente de que los casos de divorcio son especialmente delicados y de que los menores son los que se ven más afectados por la nueva situación, aplico la mediación familiar como un recurso no sólo adecuado, sino especialmente recomendado para tratar de evitar la repercusión familiar en los menores, el desgaste emocional, los costes de un procedimiento contencioso, la imposición de una sentencia por el Juez y las dilaciones temporales.
Utilizo la mediación familiar también en casos en los que es necesario un acuerdo de convivencia para mejorar el día a día de las familias.