Todos hemos vuelto ya al colegio, algunos literalmente y otros en sentido figurado pero hemos vuelto y puede hacerse cuesta arriba. A pesar de lo duro que se les hace a algunos adultos, hay niños que están deseando comenzar el nuevo curso escolar y ver a sus amigos, ir al parque, comenzar a estudiar cosas nuevas y contar su verano a los demás. Este post es una herramienta para los padres cuyos hijos no desean volver por una situación cada vez más conocida y tristemente común: el acoso escolar o bullying.
¿Qué hacer si mi hijo me dice que no quiere ir al colegio y se opone? En Primer lugar, no te pongas en el peor escenario pero sí enciende, si no se te ha encendido ya, una alarma que haga que estés en alerta. Para saber qué es el acoso, es importante entender que es una forma de violencia, ya que son una serie de actitudes o conductas agresivas intencionadas y repetidas, sin motivación aparente y que pueden darse por un grupo o un individuo sólo en contra de otro u otros. La definición de Dan Olweus es la siguiente: «un estudiante se convierte en víctima de acoso escolar cuando está expuesto, de forma reiterada y a lo largo del tiempo, a acciones negativas llevadas a cabo por otro u otros estudiantes”, y es la más aceptada en la actualidad.
Suele haber factores en el acoso escolar entre los que destacan el desequilibrio de poder, la agresión y las conductas agresivas reiteradas. Aconsejamos a los padres que vigilen las rutinas de sus hijos, si llegan a casa con la ropa rota, material escolar perdido o estropeado, si su hijo tiene un comportamiento evitativo… Todo esto son señales que pueden ayudar a detectar el inicio del problema.
Pero ¿qué hago si sospecho que maltratan o acosan a mi hijo? En primer lugar, habla con tu hijo, hazle entender que no es su culpa, escucha sus sentimientos y temores sin interrumpirle y con calma. En segundo lugar, recomendamos, que se hable con el centro escolar si existen sospechas y que apliquen el protocolo de acoso escolar que cada centro debe tener. Vigilar las redes sociales, pues el ciberacoso existe y suele ser el complemento ideal para los acosadores. En terapia suelo trabajar con los menores que han sido o están siendo acosados y trabajamos el re-equilibrio, por ejemplo, sin dar el poder al otro mostrando indiferencia en algunas situaciones de agresión verbal. También suelo recomendar la realización de alguna actividad fuera del centro, para que pueda sentirse valorado por otro grupo de iguales.
Existen varios tipos de acoso escolar y suelen darse de forma simultánea: verbal, psicológico, físico y social. Tristemente, la estadística dice que la realidad es que el acosado suele acabar abandonando el colegio. Las cifras son estremecedora,s un 5,7% de los menores en España viven una situación de acoso de manera esporádica. Cada día conocemos más datos y son más las noticias de menores que deciden poner fin a su vida por esta situación, alrededor de todos el mundo, como Jokin, Jamel Myles, Lucía, Daniel Fitzpatrick, Loui, por ejemplo, de entre 9 y 13 años. Se considera que el acoso escolar es una de las causas de suicidio en la adolescencia.
¿Qué hacer si es mi hijo el que acosa? Los niños que acosan lo hacen para sentirse empoderados y dominar al resto. De hecho, en las investigaciones llevadas a cabo antes de denominarse bullying se llamaba comportamiento dominante, en el que el dominante o macho alfa quiere ganar y ver perder al dominado. Si es tu hijo el que acosa, tranquila, ya lo sabes y podéis solucionarlo, no tienes de qué avergonzare, a veces es difícil reconocer comportamientos negativos de nuestros hijos. La sociedad a veces no se da cuenta de que en muchas ocasiones, no sólo hay un niño que sufre, si no dos. Muchas veces el niño acosador a sido el acosado antes. Si tu hijo acosa a otros, busca ayuda en el centro escolar, habla con el profesorado y trata de mostrarte disponible para tu hijo, así estarás comenzando a solucionar y mejorar la vida de tu hijo y la de otro u otros niños. Por supuesto, no debe emplearse la violencia y debemos actuar, ya que no hacer nada es parte del acoso y contribuye a que siga dándose el mismo.
Criar a nuestros hijos en el respeto, inculcar el respeto a los demás es prioritario; enseñar a ser empáticos, a ser capaces de ponerse en el lugar de los demás y entender sus sentimientos; mostrarnos disponibles como padres, cercanos y dialogantes, hablando con ellos frecuentemente. Esto es lo que hace que nuestros hijos no se conviertan en matones y que confíen en nosotros su son testigos de un caso de acoso o si lo están viviendo en sus propias carnes.
Por último, no olvidéis por favor, no responsabilizar o culpar nunca a la víctima, ni pedirle que cambie su forma de ser o de actuar.
Espero poder arrojar un poco de luz si estáis viviendo alguna de estas situaciones y poder ayudaros en todo lo que necesitéis.
Deja una respuesta